martes, 13 de octubre de 2009

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Noticia: El síndrome del emperador.

http://www.oposinet.com/noticias/index.php?/El-síndrome-del-emperador.html

En es noticia llamada síndrome del emperador, es un testimonio de un psicólogo en el que se habla de lo mal que están educados los niños/as hoy en día, haciendo referencia no sólo a la educación recibida en las aulas sino sobre todo en las familias.

Noticia: Con el paro a estudiar.

http://www.oposinet.com/noticias/index.php?/Con-el-paro-a-estudiar.html

Esta noticia llamada con el paro a estudiar, refleja la desesperación de la población a la hora de encontrar empleo, por lo que al ver la falta de falta de trabajo existente, las personas prefieren invertir en estudiar, que en cualquier otros lujos, pero el gran inconveniente al que se enfrentan es que no cuentan con ayuda empresarial o han sido reducidas en su gran mayoría. En definitiva lo que dice la noticia es que hoy en día “Todo el mundo sabe que sin formación las opciones de trabajo se reducen”.

Mi paso por la escuela.

¡Hola! Me llamo Cristina Báez Méndez, nací el 15 de Julio de 1988 y este ha sido mi paso por la escuela: En 1991 comencé las clases, con tres años emepezé mi enseñanza en el Colegio Nuestra Señora del Buen Consejo en Icod de los Vinos, mis padres eligieron este colegio por motivos de trabajo, ya que yo soy de San Juan de la Rambla. Al ser un colegio de monjas llevábamos uniforme, este consistía: en una falda gris y polo blanco para las chicas y pantalones grises y polo blanco los chicos, luego para hacer Educación Física teníamos un chandal de color negro, con el escudo del colegio. El colegio constaba de dos edificios uno para infantil y otro para primaria y la E.S.O.; en cada uno de los colegios existía un espacio de recreo. Cada aula estaba amueblada adecuadamente y suficientemente iluminada. En cuanto a la administración el colegio estaba bajo la dirección de una monja, que era la que ponía las normas, había una sala para las tutorías de los profesores donde se reunían una vez a la semana para hablar de los distintos cursos.
El colegio tenía unas normas muy estrictas los alumnos únicamente debían llevar el uniforme y estaba prohibido llevar nada que pudieran identificarlos, no se podía llevar ni zarcillos, ni piercing, tintes en el pelo…
Era necesario también comprarse una agenda escolar que vendía el colegio para anotar las tareas, los exámenes, y a la vez, se utilizaba para comunicar a los padres las excursiones, mal comportamiento de los alumnos….
Recuerdo que mi madre me hablaba de la escuela como un lugar en el que aprendería mucho y haría bastantes amigos y sobre todo un lugar en donde habría muchos juguetes, yo estaba muy emocionada porque ¿A qué niño no le gusta un juguete?
Ø EDUCACIÓN INFANTIL.
En mi primer día de colegio fui con mi chupa y con un pañal de tela que lo llamaba “goi goi”. Durante los primeros días de clase, fui una de los muchos niños que lloraba antes de entrar, porque no quería que mi madre se fuera y me dejara sola, ya que estaba acostumbrada a estar todo el día con ella, y además no conocía a nadie, quizás lo pase muy mal en ese momento, debido a que fue un cambio grande, pasé de estar siempre con mi madre, ahora a estar con muchos niños de mi edad, que iría conociendo poco a poco, pero eso es normal al principio. Nada más ver todos los juguetes que teníamos en clase se me quitó todo, y los demás días entraba tranquila. El colegio constaba de aulas amplias y muy bien iluminada, llena de ventanas en las que había muchos dibujos. La clase era muy colorida, llena de juguetes de todas clases: una cocinita, muñecas, peluches, coches, pelotas… que se encontraban en un espacio al fondo de la clase. También había otro lugar en el que todos los niños teníamos un cojín propio, que usábamos cuando la profesora nos quería contar alguna bonita historia o incluso cuando a veces dormíamos una corta siesta. Las mesas estaban dispuestas en grupos de cuatro personas y recuerdo que en una esquina de la misma había una pegatina con un símbolo (en mi caso la estrella) que identificaría nuestras cosas durante los dos próximos cursos. Todas mis cosas tenían ese símbolo, puesto que yo no sabía aún escribir mi nombre. Cada niño teníamos una cajita en la que poníamos todas las fichas que realizáramos.
En ese primer año conocí a mis compañeros con los que compartí 13 años maravillosos y también a mi primera profesora Clara, a la cual cogimos mucho aprecio, fue una experiencia bonita y nueva, porque comenzamos a relacionarnos con más gente de la habitual. Una de las cosas que también se me quedo grabadas, es que en las aulas teníamos cada uno nuestro perchero, en el que estaba el símbolo que nos identificaba, donde colgábamos nuestra bata y nuestras mochilas. Recuerdo que me encantaba pintar con los dedos, con unas pinturas que nos dejaban especialmente para eso; algo que también recuerdo es que me encantaban las pegatinas de colores y formas diferentes, con las que hacíamos trabajos.
Por otro lado, Segundo, fue un curso lleno de novedades, una de ellas es que nos dio clase la primera monja, fue extraño ya que muchos de nosotros no habíamos visto nunca una, ni conocíamos como actuaban, en este curso aprendimos a hacer nuestras primeras letras, primero teníamos que pintarlas, y ya luego aprendimos a hacerlas a base de puntitos. En este curso, aprendimos también las vocales, los números, los colores, los meses del año y los días de la semana. Una de las cosas que recuerdo también es que nos enseñaban a coger el lápiz, a mi fue a una de las que le costó, ya que no sabía cómo cogerlo. Algo que me costó mucho aprender fue hacer el número uno, porque lo hacía como un siete y la profesora siempre me mandaba a practicarlo en casa. Utilizábamos muchos materiales como era la plastilina, el punzón, las tijeras, papeles de colores, cartulinas… y hacíamos todo tipo de actividades y trabajos manuales. Los libros que utilicé, eran básicamente fichas, cuadernillos Rubio y fotocopias que nos daba la maestra. Además, solía darnos folios en blanco para que desarrolláramos nuestra imaginación, dibujando lo que quisiéramos.
En Tercero de infantil también vivimos experiencias nuevas, el colegio en Navidad y fin de curso organiza un festival para dar paso a las vacaciones, y en este curso fue cuando por primera vez participamos en él, nos vistieron a todos de enanitos y tuvimos que bailar una canción, delante de todos los alumnos, padres y profesores. En carnavales también nos disfrazábamos, y nos íbamos a la cancha a jugar, nos divertíamos mucho con nuestros disfraces. En este curso sobre todo, me lo pase genial, ya que con esta monja hacíamos miles de actividades, el libro que más “leíamos” era la biblia en imágenes, era una biblia grande y toda con dibujos, en este curso nosotros no sabíamos leer, pero nos divertíamos mucho viéndola. Esta profesora nos dejaba tiempo para jugar, una anécdota que recuerdo muy importante es que nos daba hilo y agujas para coser, y cuando nos preguntaba qué era lo que cosíamos, le decíamos que era ropa para ella. Con ella nos lo pasábamos muy bien la verdad, nos sacaba todas las semanas a diferentes sitios a la plaza de San Marcos, a el Drago, nos llevó al Loro Parque… Cuando íbamos al Drago que estaba al lado del colegio nos hacia recoger cosas hojas secas, plantas… ya que, en él hay miles de plantas, también nos dejaba coger bichos y meterlos en botes para verlos. Esta monja tenía por costumbre cada vez que nos sacaba llevar una varita, y si nos portábamos mal nos pegaba con ella en los pies. Sin embargo, si nos portábamos bien nos daba una pastillita sabrosa, que eran caramelos, pero ella lo llamaba así. También recuerdo que mando a hacer a nuestros padres un traje de sevillanos para nosotros, y teníamos que traerlo cada dos por tres y teníamos que bailar. Esta profesora a lo largo del curso nos iba grabando un video sobre las diversas actividades que realizábamos, por lo que aún conservo un bonito recuerdo. Recuerdo que nos dejaban jugar con cosas relacionadas con el hogar, con calderitos, cocinas, platos… y a esto jugábamos tanto niñas como niños.
En Primero, Segundo y Tercero de infantil me lo pasaba muy bien, debido a que nos pasábamos todo el día jugando, además de aprender a pintar, a recortar, a usar el pegamento..., también aprendimos a escuchar a la maestra, a atender, a convivir, a compartir... o al menos eso es lo que yo recuerdo. En estos primeros cursos, en cuanto a la enseñanza, empezaba a aprender muchas cosas nuevas, algo que recuerdo es que nos enseñaban las partes del cuerpo debido a las edades que teníamos, aquí empecé a conocer un poco mi cuerpo y a mostrar interés por él. El aprendizaje al que estábamos sometidos en estos cursos estaba relacionado con el juego, ya que es algo fundamental en el aprendizaje del niño, además también, se llevaba a cabo un aprendizaje por descubrimiento, aquí estoy haciendo referencia a las salidas que hacíamos con la profesora en el que nos dejaba recoger todo tipo de cosas para observarlas. Sobre todo después de las excursiones que hacíamos, al llegar a clase la profesora nos ponía música para que nos relajáramos tendidos en el suelo sobre un montón de sábanas; con estas sábanas o telas también, a veces, nos dejaban desarrollar nuestra creatividad creando disfraces con ellas, nos la teníamos que poner creando un vestuario, y después hacíamos un desfile.
Algo importante, que recuerdo que me gustaba mucho, y que sobre todo le prestaba mucho interés era cuando eran fechas señaladas como eran Navidad, el día del padre y de la madre les hacíamos nosotros mismos con la ayuda de la profesora nuestros propios regalos, la profesora nos mostraba uno hecho y nosotros teníamos que seguir el modelo, y luego nos lo empaquetaba a todos y los llevábamos a casa ese día.
En estos primeros años en el colegio recuerdo que era muy coqueta, siempre me gustaba llevar trabas en el pelo, llevaba hasta un espejo en la mochila según recuerdo. No solía faltar a clase porque me encantaba ir, incluso mi madre me decía que los sábados me levantaba y cogía la maleta para ir a clase, de lo bien que me lo pasaba; pero sobre todo me lo pasaba estupendamente en los recreos, en él habían un columpio grande al que sólo dejaban subir a los de primaria, y para nosotros los más pequeños teníamos columpios pequeños, donde no podían subirse los niños/as grandes. Me encantaba sobre todo cuando venían personajes de la televisión, es decir, personas disfrazadas de dibujos animados, lo pasábamos muy bien y nos traían golosinas, esto pasaba una vez al mes, y siempre esperábamos este día con ansias. Además, durante los recreos, el profesor que le daba clase a segundo de infantil, nos preparaba circuitos con las colchonetas y las mesas, que todos los niños teníamos que recorrer. Ese tipo de actividades las hacía sobre todo porque un compañero de clase, estaba en silla de ruedas y no podía jugar como lo hacíamos los demás niños en el patio del recreo.
En estos cursos no solía ponerme enferma muy a menudo, siempre estaba bien. Eso sí comía un montón, por lo que era un poquito gordita.
Esta era la etapa en las que nos empezábamos a conocer todos, y fue especial e inolvidable, no nos conocíamos, pero nos llevábamos muy bien. Era una experiencia nueva y fue muy bonita. Aquí empezamos a encontrar diferencias entre los chicos y las chicas, sobre todo en que los baños estaban separados, eso me costó un poco aprenderlo, pero al final nos adaptamos, ya que con esa edad para mi eran todos iguales. En los baños nos ponían a nosotros vasos para beber el agua cuando teníamos sed; el baño estaba en el recreo, por lo tanto si queríamos ir al baño teníamos que salir de la clase acompañados por la profesora, ya que al ser tan pequeños muchos no sabían ir solos todavía.
Acabamos infantil con 5 años y ahora pasaríamos todos a la primaria, algo totalmente diferente, porque pasamos de ser los más pequeños del colegio, a ser algo más grandes, por lo que teníamos ya un cierto grado de madurez.

Ø EDUCACIÓN PRIMARIA.

En 1994 inicie la primaria, con 6 años. Este año fue el principio de mi formación, el comienzo de un camino muy largo. En Primero de primaria la profesora se llamaba Mercedes, ella me enseño a leer y a escribir mis primeras palabras, a sumar y a restar con el ábaco. También en ese curso hacíamos problemas, pero para que nos resultara más fácil, dibujábamos los datos. En la libreta, realizábamos un margen con puntos y rayas para guiarnos y escribir correctamente. Los libros que utilicé, eran sobre todo libros de completar (Noria de la editorial edebé), cuadernillos Rubio, y las cartillas de lectura (1, 2 y 3). Otra cosa que solíamos hacer eran trabajos manuales y fotocopias del colegio. Asimismo, pintábamos dibujos que luego colgaríamos en cualquier rincón de la clase.
Al aprender a escribir tenía algún problema que otro, debido a que al ser zurda hacía las letras al revés, las tildes... Uno de los cambios que caracterizan este curso, es que llegaron nuevos compañeros, con los cuales teníamos que abrirnos y acogerlos, para que no les fuese muy difícil adaptarse. Una de las compañeras que llegó nueva tenía problemas, ya que era autista y muchas veces tuvimos que vivir situaciones desagradables. Fue un cambio grande este curso, ya que, en los cursos anteriores estábamos todo el día jugando, y en cambio aquí, teníamos ya clases de las distintas materias. Además aquí ya nos empezaban a mandar tarea para casa, por lo que implicaba que fuésemos un poco más responsables, y si no hacíamos la tarea no nos dejaban hacer gimnasia, algo a destacar ya que menciono esto, es que algo también novedoso fue que antes en infantil hacíamos gimnasia en el recreo, pero a partir de este curso como ya éramos mayores, nos llevaban a una cancha que tenía el colegio. Además de esto si no traías la tarea hecha te ponían una nota en la agenda escolar mencionada al principio, comunicándoselo a tus padres y esto también sucedía si tenías un mal comportamiento. En este curso recuerdo que teníamos un pez, que era la mascota de la clase y del cual todos nos teníamos que hacer cargo, cada día uno se hacía responsable de darle de comer, limpiarlo… La clase era colorida, pero con menos dibujos que en la del año anterior, aunque si tenia un póster de las vocales y otro del abecedario, que nos lo aprenderíamos dicho año. Las mesas estaban dispuestas en parejas. En el fondo de la clase, se encontraba una pequeña zona de juegos, con muñecas, coches y pelotas, y al lado de ella se encontraba una biblioteca, en la que estaban los primeros libros que leeríamos en nuestra vida. En el recreo ya por fin, con esta edad podíamos subirnos en el columpio grande, pero eso si con la ayuda de los profesores. En este curso también empezaba a tener clase por la tarde, algo que no era común en los otros cursos pasados, por lo que fue algo nuevo también, pero sobre todo en que como mi madre trabajaba, al no haber comedor me quedaba a comer en un kínder que estaba en frente del colegio, y ahí estaba con más compañeros y me lo pasaba bien, porque comíamos y después de comer nos dejaban jugar a lo que quisiésemos, esto fue una etapa importante en mi vida, debido a que aprendía a ser un poco más independiente, puesto que cuando salía del colegio tenía que ir al kínder, comer yo sola, estar con más compañeros… Algo también bueno para mí que saque de eso, es que comía de todo, ya que si había algo que no me gustase tenía que comérmelo igualmente. En Segundo hice mis primeros exámenes, me salieron fatal, porque no sabía que era eso, pero mi madre me ayudaba a estudiar y gracias a ella salí adelante. La profesora dijo el primer día de clase, que todos teníamos que llevar una planta a clase, para que la cuidáramos durante el curso y tener la clase más adornada. Todas las semanas las regábamos y cuidábamos. La única planta que sobrevivió durante todo el curso fue la que yo llevé, una planta casera, que no era la más bonita, pero si la más fuerte.
Durante aquel año, también tuvimos que llevar un libro de lectura, para ampliar la biblioteca del colegio y que tuviéramos más variedad para leer. En aquel curso, aprendimos a hacer problemas más complejos, y ya sin dibujar los resultados, las tablas de multiplicar del uno al seis… Los libros utilizados eran como en el curso anterior, libros de completar (Noria 2, editorial edebé), cuadernillos Rubio, cartillas de lectura y libretas en la que la profesora nos mandaba a hacer copias, para luego hacer un dictado en clase, series de números, sumas, restas y multiplicaciones…También solíamos hacer exámenes de lectura, para aumentar nuestra rapidez al leer. A mis dos profesoras de los dos primeros cursos de la Educación Primaria, las recuerdo como unas maestras motivadoras, que hacían que aprender fuera divertido. Sus métodos de enseñanza, lo plateaban también a través de un juego, en la que por ejemplo para aprender las letras se formaba una historia en la que la letra “a” era una reina que vivía en un castillo con las demás vocales o que la letra “j” era un jardinero.

También empecé la catequesis, teníamos que ir una vez a la semana, no podía faltar mucho, porque si faltaba no podía hacerla. En Tercero de primaria ya me fue mejor en cuanto a los exámenes, en este curso tuvimos una profesora llamada Lupe, a la que queríamos mucho, y con la que estuvimos dos años seguidos. Fue el primer año en el que pudimos participar en la semana del deporte, en esta semana se organizaban una serie de deportes, en los cuales podías participar y competir con otros cursos. Este año, teníamos asignaturas nuevas, como era inglés, que nos lo daba otra profesora diferente a la de todas las demás asignaturas que se llamaba Cande, pero desde el principio nos dijo que la llamáramos la “teacher”, y aún hoy en día, cuando la veo, la recuerdo con ese nombre. Con ella aprendimos básicamente vocabulario, mediante la asociación de las palabras con la foto o el dibujo. También solía sacarnos a la pizarra para poner la fecha del día o nos hacía dictados de números.
Nos enseñó a buscar en el diccionario, las tablas de multiplicar del siete al diez, a multiplicar y dividir por una y dos cifras…Los libros utilizados fueron casi en su totalidad de la editorial Santillana, exceptuando el de inglés que era de la editorial Oxford. A diferencia de cursos anteriores, dichos libros no eran de completar, sino de actividades propuestas que la profesora seleccionaba para que nosotros la realizáramos en nuestro cuaderno. A parte de las actividades que estaban en el libro, también solíamos realizar actividades que la maestra copiaba en la pizarra o fotocopias que ella seleccionaba. Cada día, cualquier actividad que realizáramos en el cuaderno, había que añadirle un encabezamiento. Dicho encabezamiento, contenía la fecha del día, el nombre y los apellidos del alumno y el número de lista, así como el nombre del colegio al que asistíamos, era algo rutinario, que a nadie nos gustaba hacer. Cada día realizábamos un dictado que previamente la profesora había mandado a estudiar el día anterior y hacíamos también una ficha de comprensión lectora, que luego era evaluada con nota. Los libros solían ser básicamente muy coloridos, con muchas fotos y dibujos, y con poca información, sobre todo para motivar nuestros hábitos de estudio.
En Cuarto hice mi primera comunión, que fue el primer paso importante que tuve que dar, y es de algo de lo que no me arrepiento. A mi profesora en este curso la recuerdo como una persona seria que se daba a respetar. Quizás fuera demasiado seria para el curso en que nos encontrábamos, porque todavía éramos unos niños.


En Quinto ya estabamos adaptados a todo el colegio, y a todas las actividades que se realizaban en él, ya estabamos acostumbrados, por ejemplo, a que antes de comenzar las clases rezábamos el padre nuestro, una anécdota que no se olvida. Otra anécdota destacable es que empezamos en este curso a salir a la calle disfrazados, las monjas nos llevaban haciendo un recorrido con varios cursos más, y otros colegios que también salían.
En Sexto, aprendí muchas cosas como: a dividir y multiplicar con varias cifras y números decimales, las raíces cuadradas, problemas más complejos, fórmulas, conjugaciones verbales, sustantivos, adjetivos…Los libros seguían siendo de la editorial Santillana. En ese curso tuvimos que dejar un poco de lado el lápiz y el bicolor y empezar a utilizar el bolígrafo. Realizábamos muchas actividades propuestas por los departamentos de cada asignatura, como fotocopias de otros libros o actividades realizadas por los propios profesores. Recuerdo que en conocimiento del medio, el método que utilizaba la maestra, era muy eficaz, puesto que nos evaluaba mediante un juego al que ella llamaba “El juego de las preguntas”. Dicho juego consistía en que la clase estaba dividida en grupos de cuatro o cinco personas y la maestra formulaba preguntas a los grupos, el grupo que más preguntas acertará ese día se llevaba un punto, que se sumaría con los que llevarás a lo largo del curso. El grupo que más puntos consiguiera a lo largo del curso era premiado. Algunas de las preguntas que la maestra hacía en dicho juego eran las que salían en el examen. Aprendíamos mucho en esa asignatura puesto que era en forma de juego, de una manera rápida y divertida.
A la profesora, la recuerdo como una maestra muy agradable con nosotros, que le gustaba enseñar y durante los dos cursos que estuve con ella, aprendí mucho, puesto que hacíamos muchas actividades en las que adquiríamos conocimientos, pero nos divertíamos a la vez. Este curso, fue el fin del segundo escalón que construye la pirámide de mi educación. Teníamos mucho miedo porque ahora venía la E.S.O y eso significaba nuevos cambios. Antes de pasar a la E.S.O nos hicieron un test para las optativas, era a lo primero que nos sometíamos antes de pasar de curso, con este test la pedagoga del centro seleccionaba a quienes estaban capacitados para hacer una segunda lengua, en este caso, el francés y quiénes no. Lo que venía ahora era muy duro y teníamos que estar preparados. En estos cursos, tuvimos que prepararnos bien para poder llegar a la E.S.O con una base fuerte. El paso de la primaria a la E.S.O fue un cambio muy grande, puesto que íbamos a ejercer unas clases que no tenían nada que ver con lo anterior, algo que caracterizaba a esto fue que teníamos profesores diferentes para cada una de las asignaturas, y era lo que nos asustaba un poco.

EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA.

Con 12 años, en el 2000 llegamos a la E.S.O, en el que hubo muchas diferencias, lo primero es destacar que teníamos profesores diferentes para cada asignatura, algo a lo que no estabamos acostumbrados, ya que antes solo teníamos una profesora para todo, teníamos que estudiar bastante para poder aprobar los exámenes. Teníamos mucho miedo a este cambio, y también teníamos mucho miedo a la directora que por primera vez nos daría religión, destacar que a diferencia que en un colegio público en este era obligada no era optativa. Fue un cambio muy grande para mí, porque tenía nuevas asignaturas: un nuevo idioma, el francés, o lo que nosotros teníamos en primaria que era conocimiento del medio, ahora se llamaría sociales y naturales en los dos primeros cursos, y biología y física y química en los dos siguientes. Otra asignatura que teníamos diferente era tecnología, la cual me costó mucho durante los tres primeros cursos, porque consistía en la realización de planos, y proyectos básicamente. En Primero de la E.S.O comenzamos otra vez la catequesis, pero esta vez nos preparábamos para la confirmación, esta catequesis la podíamos hacer en el mismo colegio, a la que no podíamos faltar ni un día, pero esta vez sí que podíamos elegir si hacerla o no, porque no era obligatorio; es más hubieron muchos compañeros en clase que no la hicieron. A pesar del cambio tan grande que supuso pasar a la E.S.O, saque buenas notas. En este curso, nos dio otra monja, pero la diferencia de esta es que estaba majareta, esta nos hacía creer que era detective secreto, y tenía un laboratorio lleno de cosas animales muertos, disecados, instrumentos de laboratorio, tenía un esqueleto, al que por cierto disfrazábamos y con el que nos sacábamos fotos…. Esta monja nos daba física y una vez explicándonos un tema mando a unos compañeros a buscar un misil que dice que tenía en el laboratorio, y dijo que lo lanzaríamos de la azotea, cuando bajaron los compañeros resulta que era un tubo donde se metían unas persianas y estuvimos riéndonos todo el día. Todos los años en la asignatura de Educación Plástica y Visual, realizábamos algún mural en las paredes de la cancha: el cuadro “El Guernica” de Picasso, un mural diseñado por un alumno sobre la violencia de género, un graffiti…
En la fecha de navidad, el colegio se llenaba de adornos y se realizaban muchas actividades: el concurso de tarjetas navideñas, en la que el primer premio consistía en la compra de un disco que deseara el alumno y la publicación de su tarjeta de felicitación a todos los familiares de los alumnos. Otra actividad que se realizaba en esa fecha eran “Los belenes navideños” en la que cada curso adornaba su clase y se realizaba una obra de teatro en la misma. Esa actividad se realizó durante los dos primeros años de la E.S.O a los que asistí, pero luego fue suspendida porque el último año, por accidente, se quemaron unas cortinas.
Otra actividad eran las murgas criticando las actuaciones de los profesores y los fallos que tenía el colegio, donde cada uno de nosotros iba disfrazado de algún profesor y las “mesas canarias”, en la que los alumnos exponían los productos típicos, la vestimenta y los juegos canarios, esto se realizaba el día de canarias, y también teníamos que bailar un baile canario, esto lo hacían todos los cursos.
Más tarde en Segundo hice mi primera confirmación, algo de lo que estoy muy orgullosa. En este curso fuimos muy rebeldes, éramos considerados unos de los peores cursos por nuestra conducta, todos nuestros profesores están muy descontentos con el cambio que habíamos dado de un curso a otro. Una de las cosas que hacíamos es que en los cambios de hora, como era también el cambio de profesor, uno se ponía a vigilar en la puerta y los demás teníamos en los estuches gomas chiquitas, papeles, tizas… y empezábamos a tirárnoslas los unos a los otros. Esto cada vez iba a más, incluso un día hicimos una guerra de estas que la llamamos la “Guerra de Lepanto”, porque muchos compañeros se hicieron daño, a uno le tiraron un compás en el codo y salió de la clase sangrando, y a otro le llenaron un ojo de tizas, por lo que también tuvo que salir de la clase a lavarse un ojo, este día desapareció el compás que le tiraron al compañero, por lo que la chica a la que se lo perdieron reclamó y todos tuvimos que poner dinero para comprarle uno. En este curso también empezaron a robar, y hasta una vez robaron un móvil y no nos dejaron salir de la clase hasta que revisaran todas las maletas una por una, para ver si lo encontraban, pero al final no lo encontraron. Algo también destacado fue que teníamos un San Pancracio, un santo chiquito en la estantería y siempre le poníamos un disfraz según la época, o también como teníamos una ventana que daba a la clase de al lado lo tirábamos de una clase a otra. Nos llamaron la atención una vez, porque dos compañeros tiraron unas pilas al recreo cuando estaban otros compañeros de otro curso, y les podían haber hecho daño. Estas guerras como nosotros las llamábamos también se repetían en los recreos pero utilizando las platinas de los bocadillos, y aquí participaba gente de otros cursos. Al finalizar el curso, había una profesora que nos tuvo mucho cariño y nos llevó a cenar, pero en la cena volvimos a hacer una guerra de las nuestras pero esta vez con comida, me acuerdo que la profesora se cabreó un montón con nosotros. En Tercero de la E.S.O nos dio otra monja a la que temíamos mucho también, debido a los comentarios de los compañeros que ya habían tenido con ella, que decían que era muy dura. En este curso tuvimos la oportunidad de hacer una convivencia con el colegio de las monjas de la laguna, donde conocimos a mucha gente, y compartimos un día inolvidable. Destacar en este curso, que seguíamos teniendo física con la monja mencionada anteriormente, y además de física nos daba también naturales, ella nos subía más a menudo al laboratorio para enseñarnos los diferentes instrumentos, una de las veces que subimos estábamos haciendo experimentos, y la profesora estaba haciendo uno y nos dijo que lo que estaba haciendo iba a explotar, entonces todos corriendo nos escondimos debajo de las mesas y cuando hizo la mezcla lo único que hizo aquello fue echar humo y humo. La dificultad entre ambos, es decir, segundo y tercero era parecida, se daban nuevos contenidos, pero el cambio entre ambos cursos, era casi nulo. La mayor dificultad llegó en los dos siguientes cursos. En el transcurso de los cursos de tercero y cuarto de la ESO, suspendí mis primeras asignaturas, pero las acabé recuperando y pasé al siguiente curso con todo aprobado.
La E.S.O fue un camino de obstáculos que poco a poco fuimos superando. Por fin, conseguimos alcanzar nuestro objetivo llegar a cuarto, bueno en realidad no llegaron todos los que empezamos en 1º de infantil, puesto que muchos se fueron del colegio o se quedaron en el camino. En este curso, elegías tus optativas, en función de lo que luego fueras a elegir en bachillerato. Las optativas estaban divididas en cuatro bloques (A, B, C y D). En mi caso, yo había elegido el bloque C de asignaturas, ya que me resultaba más acorde con mis perspectivas de estudio. Dicho bloque contenía las asignaturas de: plástica, música y matemáticas A, es decir matemáticas aplicadas a la vida real, pero teníamos que elegir otra optativa, en mi caso era administrativo. Durante esa clase realizábamos muchas actividades como eran: recibos, facturas, letras de cambio…y cada semana hacíamos una práctica en la oficina de secretaría, ayudando a las secretarias con sus funciones. Allí solíamos clasificar archivos, coger el teléfono, recortar fotos, grapar documentos… En la ESO, utilizábamos libros de varias editoriales (Edebé, Oxford, Afortunadas, Anaya…), en la que los profesores seleccionaban las actividades que íbamos a realizar en nuestro cuaderno. También solíamos leernos tres libros de lectura obligatoria en el curso de los que luego éramos examinados. El objetivo de dicha actividad era fomentar el hábito por la lectura para personas a las que les costaba leer. En estos cursos, comenzábamos a aprendernos las conjugaciones verbales tanto en inglés, francés, como en español y a aprendernos mucho vocabulario en cada idioma. También hacíamos nuestras primeras redacciones en inglés, algo que nos costó mucho a todos y que creó dificultades, por no haberlo fomentado en cursos anteriores.
Al final, yo por suerte aprobé todo. El día de la orla fue un día en el que lo pasamos muy mal, fue un día en el que la mayoría se puso a llorar y es que nos íbamos a separar.
En este último curso nos fuimos a Asturias de viaje de fin de curso, lo pasamos muy bien, pero no era un viaje como otro cualquiera, fue un viaje especial, debido a que teníamos que pasar algo de tiempo en un asilo de ancianos, haciéndoles compañía, el último día para despedirnos les hicimos una fiesta muchos se pusieron a llorar, fue una experiencia preciosa.
En el 2004 acabamos con gran esfuerzo y esmero, ahora tendríamos que enfrentarnos a nuevas metas, y lo peor era que nos íbamos a separar, llevábamos 13 años juntos y muchos no siguieron estudiando, gente repitió, otros irían a distintos institutos... En conclusión, mi experiencia por el colegio fue muy bonita, una experiencia inolvidable, llena de anécdotas y vivencias.

EDUCACIÓN SECUNDARIA POSTOBLIGATORIA.

El 2005 era el inicio de una nueva experiencia, iba a empezar bachiller y a parte de ser complicado, fue algo nuevo, porque conocí mucha mas gente de la que conocía, y además fue donde conocí al chico con el que actualmente todavía estoy saliendo. En estos dos años aprendí cosas nuevas para mi aprendizaje, una novedad, era que ya después de 13 años con uniforme no tenía que llevarlo y podíamos que llevar la ropa que quisiéramos, conocíamos nuevos profesores que impartían las clases utilizando otra metodología… Después de 13 años con la misma gente y con los mismos profesores, ahora teníamos profesores nuevos y no sólo eso sino que además había muchísima gente nueva, y de los antiguos alumnos juntos ya estábamos muy pocos en clase.
En Primero de bachiller me fue bien, me acostumbre rápido y me gustaba lo que hacía, aunque tengo que decir, que me costó un poco sacar el curso. Realicé el bachillerato de Ciencias Sociales, dicho bachillerato tenía las asignaturas de economía, matemáticas e historia del mundo contemporáneo y como optativa de libre elección tenía informática y las asignaturas comunes con los otros bachilleratos.
Aprobé todo, menos historia y lengua, que suspendí, pero dichas asignaturas las logre sacar en Septiembre, con mucho esfuerzo durante el verano.
Luego Segundo ya fue algo más difícil, las asignaturas que se incorporarían nuevas en el segundo año serían las de geografía, fundamentos de la administración y gestión e historia de España. Me costó muchísimo sacar este curso, pero al final lo logre. Al principio pensé que no lo iba a sacar en Junio, pero con esfuerzo lo conseguí. El nivel aumentó, porque nos estaban preparando para la PAU, y los profesores nos exigían un nivel más alto que el de cursos anteriores. Como lo había aprobado todo, pues ya solo me quedaban dos semanas para la P.A.U. En la P.A.U. me falto una décima nada más para aprobar, y ya yo no tenia esperanzas, entonces reclame y cuando fui a buscar las notas nuevas pude comprobar que me subieron un punto, con lo cual aprobé. Lo primero que hice nada más verlo, fue irme a hacer la prescripción. Solo puse tres carreras que fueron: magisterio infantil como preferencia, y de 2º y 3º puse magisterio de primaria y trabajo social. Yo siempre he querido estudiar magisterio infantil, y por ello espere hasta el último momento para ver si tenía posibilidad, pero debido a mi nota no pudo ser posible. Por esperar tanto, y no haberme cogido en nada tuve que volver a hacer la prescripción en Septiembre, y fue lo que me dieron ahora Pedagogía, la verdad estoy muy contenta y creo que no me he equivocado.
En primero de Pedagogía, sufrí un gran cambio en mi vida, estaba sola, ahora sí que ya no conocía a nadie pero me integre bien, y las cosas me salieron mejor de lo que esperaba, porque no sólo me quedó una, sino que además tuve nuevos amigos. Aquí empecé a hacer trabajos en grupo, algo novedoso, ya que en los cursos pasados pocas veces hacía trabajos, y los que hacía no los hacía en grupo; y lo que pienso es que los trabajos en grupo es esencial en el aprendizaje, ya que se aprende más y además aprendes muchos valores como: compañerismo, respeto, convivencia…. En este curso me fue muy bien, porque me empezó a gustar mucho la carrera, me lleve también una gran sorpresa, porque los profesores eran muy agradables y podías contar con ellos para lo que fuera, pensé que al estar en la universidad, al haber más gente, no ser una enseñanza obligatoria… no habría tanta relación con los profesores como la que tuve con ellos. Me sorprendió muchísimo toda la gente que asistía a clase, a pesar de cómo ya dije antes, de que se trata de una educación no obligatoria. En cuanto a las asignaturas decir que me han gustado mucho, aunque en su mayoría, por no decir todas han sido muy teóricas, la única con la que hicimos una práctica física en un centro fue en Didáctica General, en dos ocasiones, y es en la que más he aprendido, porque considero que se aprende más con la práctica, que con la teoría.
En Segundo me fue también muy bien, las aprobé todas y además saque la que me quedó de primero. En este curso, ya los trabajos en grupo eran más numeroso, por lo que empezamos a tener ya algún problema que otro, con ellos aprendemos mucho pero siempre hay problemas, o bien porque el grupo no se pone de acuerdo, o bien porque siempre hay alguien que no hace nada…En fin, que he llegado a la conclusión que cuantos menos trabajos en grupo mejor. En cuanto a los profesores, me han gustado mucho porque he aprendido bastante con ellos, sin embargo, no hubo tanta relación con ellos como en primero.
Las asignaturas en este curso también han sido también en su mayoría teóricas, aunque también en la asignatura de Organización y Gestión de empresas hemos asistido a un colegio en varias ocasiones, y en otras asignaturas que hemos hecho prácticas en las que nos relacionábamos con otros agentes.
En este curso, había menos gente que en primero, la gente que normalmente asistía era de otros cursos, para recuperar asignaturas…
Tercero, fue un curso realmente estresante, debido a que hay muchos trabajos, pero sobre todo trabajos en grupo y con bastante gente.
La relación que existe con los profesores es algo más integra, ya que tuvimos muchos seminarios, y además de pasar tiempo en clase con ellos tenemos también tutorías con ellos, en diferentes horas.
En este curso, algo que me ha sorprendido mucho es que a clase ya no va casi nadie, hay mucha gente matriculada, pero hay clase en la que hemos llegado a estar tres personas, y lo que es sorprendente es el cambio tan grande de primero a tercero.
Actualmente estoy en cuarto, acabo de empezar y espero terminar este año satisfactoriamente como todos los anteriores.